viernes, 22 de abril de 2011

Roberto Clemente


Roberto Clemente Walker nació en el Barrio San Antón de Carolina, Puerto Rico, el 18 de agosto de 1934. Hijo de Melchor Clemente y Luisa Walker, Roberto fue el más joven de cuatro hermanos. Desde temprana edad practicaba todo tipo de deporte. Y dentro de ellos, no tardó el béisbol en convertirse en su mayor pasión.
Miembro activo de la Liga Atlética Policíaca, así como feligrés de la Iglesia Bautista de Carolina, Roberto sobresalió en eventos de pista y campo, ganando medallas en tiro de jabalina y carreras cortas. Jugó béisbol aficionado con el Club de Juncos y de ahí pasó a las filas de los Cangrejeros de Santurce de la Liga Invernal de Puerto Rico. De Santurce, fue contratado por el Club Triple A de Montreal de la Liga Internacional, afiliado de los Esquivadores de Brooklyn.
Clemente ingresó a los Piratas de Pittsburgh en el 1955 y estuvo en ese club hasta 1972. Su récord dentro de ese equipo lo establece como miembro regular de los Piratas de Pittsburgh por 18 temporadas (1955-1972); jugó en 2,433 juegos, tuvo 9,454 turnos al bate; anotó 1,416 carreras; hizo 3,000 hits (el undécimo de doce jugadores en lograr este hecho en la larga historia de los 135 años del béisbol incluyendo 250 cuadrangulares).
Clemente participó en dos Series Mundiales, bateando 310 en 1960 y 414 en 1971. Fue campeón de bateo cuatro veces; fue seleccionado el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional de 1966; doce veces ganó el Guante de Oro por su habilidad en el fildeo y seleccionado el Más Valioso de la Serie Mundial de 1971.
Se casó en 1964 con Vera Cristina Zabala y tuvieron tres hijos: Roberto Jr., Luis Roberto y Roberto Enrique. Ellos tenían seis, cinco y dos años cuando su padre murió. Roberto fue un gran padre, buen hijo, buen hermano y buen esposo. Persona de gran calidad humana que hizo mucho por otros en las Ligas Mayores e hizo mucho por la gente, comprometido como era el Evangelio de caridad cristiana, interesado en otras personas y en los niños.
Esto explica porque su lucha era más que personal; era la lucha de su raza y la lucha de las personas menos afortunadas que él. Ciertamente, tenía interés genuino por la humanidad como un hijo de Dios y hermano de todos los seres humanos.
Las virtudes cristianas de Roberto Clemente lo llevaron a iniciar una campaña para obtener provisiones y entregarlas a las víctimas del terromoto de Managua, Nicaragua. Roberto tuvo una muerte trágica cuando el avión que había fletado para llevar ayuda a las víctimas del terremoto se estrelló el 31 de diciembre de 1972, víspera de Año Nuevo.

Felisa Rincón de Gautier

Nació en Ceiba, el 9 de enero de 1897. Política. Entusiasmada por la esperanza de que las mujeres consiguieran el derecho de votar y motivada por las ideas de líderes como Muñoz Marín, se interesó en la política. Participó en los movimientos sufragistas de 1930 y formó parte del Partido Liberal. En 1938 ayudó a organizar el el PPD. En 1946 fue la primera mujer a cargo de una ciudad capital en toda América. Con ella, San Juan inició su transformación hacia la gran urbe que es hoy. Renovó el sistema de salud pública, trabajo junto a Ricardo Alegría para restaurar y conservar las históricas estructuras de San Juan y le proveyó vivienda y servicios básicos a miles de personas. Diseñó innovadores servicios públicos como los centros preescolares y abrió la alcaldía al público. En 1954 se le otorgó el premio Mujer de las Américas. Se retiró en 1968. Murió el 16 de septiembre de 1994.

Rebekah Colberg

Nació en Cabo Rojo, Puerto Rico, el 25 de diciembre de 1918. Se graduó de bachiller en Ciencias y Farmacia en la Universidad de Puerto Rico, de maestra de educación Física en la Universidad de Colombia y de doctora en Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Fue considerada "La Piedra Angular" del deporte puertorriqueño femenino. Durante 14 años (1932-1946) fue campeona de tenis de Puerto Rico, y en los IV Juegos Panamericanos y del Caribe de 1938, celebrados en Panamá, ganó medalla de oro en lanzamiento de disco y jabalina.
En 1952 fue elegida al Salón de la Fama del Atletismo y al Salón de la Fama del Tenis de Puerto Rico. La historia de esta gran mujer no se puede plasmar en una semblanza que recoge los hechos de más impacto de su vida deportiva a lo extenso de su trasfondo y anécdotas.
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Su nacimiento prematuro a los siete meses y con cuatro libras de peso, marcó la trayectoria como un ser extraordinario que se adelantó a su época rompiendo barreras deportivas en pro de la mujer puertorriqueña. Fue un ser privilegiado que supo imponerse al prejuicio en contra de la mujer mediante la dedicación y el esfuerzo propio. Demostró con hechos contundentes que la mujer tiene potencial para todo si se le da la oportunidad de demostrarlo.

Participó en 12 deportes a nivel local e internacional. En los IV Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en la ciudad de Panamá en el año 1938, obtuvo dos medallas de oro. Otras marcas de mayor relevancia fueron: Centroamericanos de Panamá oro en disco y jabalina, plata en voleibol, Centroamericanos de México 1946 oro softbol, estuvo 14 años invicta sin perder un set de tenis, en la Universidad de Colombia, USA, fue miembro del equipo campeón de hockey sobre césped y lacrosse. Miembro del equipo campeón de baloncesto invicto de la Universidad de México.
Sus hazañas en juegos Centroamericanos y del Caribe rebasan lo imaginable.Su representación en las diferentes universidades del extranjero la establecen como la más grande atleta femenina de todos los tiempos al ganar diferentes campeonatos ínter universitarios en baloncesto, voleibol, hockey de césped, lacrosse, esgrima, ciclismo, natación, ecuestre y otros de igual importancia.
Los méritos son innegables, la época en que logró tales hazañas revisten a doña Rebekah Colberg como una de las más grandes de todos los tiempos en el deporte puertorriqueño.

domingo, 17 de abril de 2011

Jose de Diego



   Nacío en Aguadilla, Puerto Rico el 16 de abril de 1866. Recibió la instrucción primaria en Mayagüez y de allí se transladó a España para seguir los estudios secundarios en el Colegio Politécnico de Logroño.

Muy joven se afilió al Partido Republicano Español y colaboró como periodista en "La Semana Cómica".  Sus vibrantes artículos de oposición al régimen monárquico le acarrearon procesos y encarcelamientos, habiendo estado preso  en las cárceles de Tarragona, Valencia, Barcelona y Madrid, lo que le impidió terminar su carrera en España.
Hacia 1887 De Diego regresa a Puerto Rico, trayendo consigo muchos versos en los que cantaba a la patria y a la libertad con imágenes atrevidas y originales.  Regresó a España  para estudiar Leyes y se matriculó en la Universidad de Barcelona donde,  a la vez que estudiaba colaboraba con la revista "Madrid Cómico".  En 1891 se licenció de abogado en la Universidad de La Habana y allí se doctoró en Leyes al año siguiente.
De vuelta a Puerto Rico ingresó al Partido Autonomista destacándose como orador en la asamblea celebrada en Mayagüez en 1892.  En 1898 es elegido Subsecretario de Gracia y Justicia del Gobierno Autonómico, en el que fue también subsecretario de Gobernación.
Luego que Puerto Rico pasa a ser poseción de Estados Unidos en 1898,  José de Diego fue nombrado Juez Asociado del Tribunal Supremo y Presidente de la Audiencia de lo Criminal  de Mayagüez en 1899.  Se adhiere al Partido Federal presidido por Muñoz Rivera y representa a esta entidad política en el Consejo Ejecutivo.
Renuncia a dicho cargo como protesta a la política del consejo y entra al Partido de la Unión, por el cual es elegido miembro de la Cámara de Delegados en 1907.  Más tarde,  viendo que la independencia de Puerto Rico bajo el régimen estadounidense se postergaba indefinidamente, rompió con el partido para entregarse libremente a la lucha por la libertad de su país.
José De Diego  se opuso a que fuera el inglés el idioma oficial en las escuelas de Puerto Rico en su famoso Discurso de la Lengua pronunciado en 1915, el cual inflamó al país.  En 1916 se fue a España para defender allí el ideal de la libertad política de Puerto Rico y la Confederación Antillana ideales de Hostos y Betances.  En 1917 combatió la imposición de la ciudadanía de Estados Unidos a los puertorriqueños, haciendo propaganda en Cuba y Santo Domingo.  Se proponía viajar a Sur América con igual propósito cuando enfermó.  Se translada a Nueva York para tratarse médicamente muriendo allí el 17 de julio de 1918.  Su cadáver fue transladado a Puerto Rico donde se le rindió solemne homenaje póstumo y fue sepultado.
Sus obras poéticas más importantes son "Pomarrosas" (1904), "Jovillos" y "Cantos de Rebeldía" (1916) y "Cantos de Pitirre" editado póstumamente en 1950.

sábado, 16 de abril de 2011

Luis Muños Rivera


     Luis Muñoz Rivera, nació en Barranquitas, Puerto Rico el 17 de julio de 1859. En 1882 se dió a conocer como poeta al publicar en el periódico ponceño El Pueblo la poesía ¡Adelante!. Se distinguió como piloto de ideas liberales, orador, periodista y poeta.
Se le considera discípulo y continuador de la obra de Román Baldorioty de Castro. Logró el triunfo del movimiento autonomista, a través de la fusión del Partido Autonomista de la isla con el Partido Liberal Español. Fue gestor de la Carta Autonómica de 1897, bajo la cual Puerto Rico obtuvo de España amplios poderes autonómicos, que fueron interrumpidos por la invasión estadounidense de 1898.
El 1 de julio de 1890 publicó el primer número de La Democracia, que se convirtió en vocero insuperable del autonomismo.
Fue Secretario de Gracia y Justicia y de Gobernación durante el breve régimen autonómico. Fundó el Partido Liberal y el Partido Unión de Puerto Rico. Fue Comisionado Residente en Washington. Murió en San Juan, el 15 de noviembre de 1916. Su hijo, Luis Muñoz Marín, continuó su gesta autonómica fundando el Partido Popular Democrático en 1938 y como Gobernador de Puerto Rico entre 1948 y 1964.
La personalidad y obra de Luis Muñoz Rivera influyeron mucho en la historia puertorriqueña. Es interesante recordar que Luis Muñoz Rivera fue el padre del gran gobernador y líder político Luis Muñoz Marín. Aún así, la fama de Luis Muñoz Rivera como político, orador y poeta fue tan grande, que si no hubiera nacido Luis Muñoz Marín, sería recordado por sus grandes méritos y logros personales. A Luis Muñoz Rivera le tocó vivir la época histórica del cambio de soberanía de nuestra Isla. Su obra y sus luchas en aquél periodo histórico tan crucial para nuestra isla son dignas de estudiar. Este trabajo pretende hacer una reseña biográfica del prócer y también una reseña histórica de la época en que le tocó vivir.